jueves, 2 de julio de 2009

Un sueño hecho realidad


Aquella mañana besaste mi frente como si fuera de cristal y me despertaste con tu dulce voz susurrándome un "cariño, nos vamos de viaje". Yo sabía que me llevabas a algún sitio, pero no sabía ni siquiera qué ropa debía llevarme. Tú sólo decías "llévate ropa cómoda que estarás guapa igual". Tú te habías vestido con la ropa que más me gustaba, estabas especialmente guapo ese día y yo no paraba de decírtelo.

Estaba nerviosa. Te miraba para ver si intuía hacia dónde iríamos, pero tú no me dabas ni una pista. Nos montamos en tu moto y condujiste hacia el aeropuerto y entonces ya pude intuir y pensar que ibas a hacer mi sueño realidad...¡Qué emoción! ¡Dios mío, no podía ser! ¡Me llevas a París! Sabías mi deseo de ir a París y también que sólo viajaría a aquella ciudad acompañada de mi amor, de la persona que fuese a compartir mi vida.

Fuiste a por los billetes y me preguntaste, "¿dónde vamos?" y yo dije muy segura y feliz "¡a París!". No salía de mi asombro, sólo pensaba en lo maravilloso que eras, en lo mucho que me querías para tener esta sorpresa preparada para mí.

Estábamos felices y se notaba en nuestra forma de mirarnos, de besarnos y de sonreír casi permanentemente. Durante el viaje de dos horas no sé cuántas veces nos dijimos "te quiero", era una necesidad el decirlo, el demostrarlo en cada segundo, no queríamos desaprovechar ni uno sólo. Volvería a hacer contigo ese viaje una y mil veces.

La sensación de estar flotando en una nube de felicidad en la cual nadie me podía hacer daño porque iba con él, de estar en la ciudad del amor con la persona más maravillosa de este mundo , de no querer que ese sueño terminara nunca...

El hotel también era precioso, todo era perfecto. En la habitación bombones y vino para endulzar aún más nuestra estancia. Se podía oler el amor entre esas cuatro paredes...

Me llevaste directamente a la Torre Eiffel y constantemente me mimabas, me regalabas palabras de cariño, y yo seguía en mi nube montada contigo. En aquellos momentos me daba igual todo, sólo quería estar contigo, vivir cada instante como si fuera a acabarse el mundo.

A pesar de tener que esperar casi dos horas para subir a la Torre, y mi sugerencia de ir a visitar otros sitios, tú insististe en que merecía la pena subir arriba porque las vistas de París eran únicas. Y así fue. Cuando estábamos arriba parecía que el resto del mundo estaba a nuestros pies y mi nube creció un poco más desde aquella altura. Yo estaba embelesada, alucinada de estar viviendo todo aquello. Te miraba y mi corazón se alimentaba cada vez más con tu amor. Yo estaba pendiente de hacer muchas fotos para poder tener para siempre en el recuerdo todo lo allí vivido, y de repente ocurrió algo que me desbordó por completo...

Estábamos en el cielo de la ciudad del amor y tú con palabras tiernas y voz temblorosa de emoción me dijiste todo lo que yo significaba para ti, lo mucho que me querías y... mientras sacabas algo de tu mochila... una cajita preciosa con un anillo dentro que me entregaste ante mi mirada estupefacta, mis piernas temblorosas, y mis lágrimas de emoción asomando...escuché que me decías ¿quieres casarte conmigo? Rompí a llorar y te abracé. Aquello fue el culmen, algo que jamás pensé que me ocurriría en esta vida. Sólo pensaba en cómo agradecerte algo así. Fue tan bonito...

Ahora después de que ha pasado más de un año, todavía siento aquel día como el día en el que el amor todo lo puede hacer posible y que en la vida hay cabida para todos los sueños siempre que tengas la suerte de encontrarte con personas grandes, personas capaces de amar al prójimo más que así mismos. Gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo.

Quiero escribirte hoy unos versos
que recuerden todo lo vivido
que te traigan olores de París,
sabores de un tren envejecido.

Sábanas llenas de locura
palabras de amor sentidas
perdiendo ambos la cordura
ganándo todo en esa partida.

Una alianza como protagonista
de este sueño de amor eterno
que nunca pensé que se realizaría
y ni yo misma lo hubiera soñado tan perfecto

Servido por los mismos dioses
tomamos el elixir de la vida,
vida nueva que nos esperaba
y así te entregaré la mía.

!Seré la que te bese... y la besada
seré la que existe atada a tu lado
seré la que siempre soñabas
seré la que siempre te ha amado!


También quería dejarte este vídeo de una canción que me parece muy significativa por quien la canta y por la letra: SIETE VIDAS de Antonio Flores. Espero que te guste.





3 comentarios:

HADALUNA dijo...

Niñaaaaaaaaaaaaa, que me has emocionadoooooooo!!!!!!!!!!!!
Con razón decías lo de mi entrada del otro día referente a París.

Pero,esto es real¿no?, y si no lo es, yo quiero que lo sea y que me pase algo parecido...jajaja

Precioso, y sólo leyéndolo se me ha puesto el vello de punta...uffff

BEsitos nostálgicos y románticos

Anónimo dijo...

Buf precioso¡¡ Se me ha puesto la piel de gallina. Lastima que el final no ha sido el deseado. Ja parlarem¡¡

Dani

dijo...

Siempre nos quedará París...
Me gusta el tema de Antonio Flores, uno de los mejores para mí.
Besos! ;)